Almohada correcta

¿Por qué es preciso tener una almohada cómoda?

Testigo de nuestros llantos y nuestros pensamientos, compañera de sueños y protectora cuando tenemos miedo, la almohada es algo tan personal que no podemos tomarnos a la ligera su elección. Es el apoyo de la cabeza y el cuello mientras dormimos. Menuda tarea tiene la pobre.

Si duermes usando una buena almohada evitarás:

  • Dolores de cuello, espalda u hombros
  • Ronquidos y silbidos
  • Problemas para respirar
  • Dolores en las extremidades superiores
  • Estornudos
  • Insomnio
  • Pesadillas
  • Mala circulación de la sangre

La postura que usamos para dormir y la complexión física son dos cuestiones que no debemos dejar de lado en el momento de optar por una almohada y no otra. Es preciso saber que, cuando nos acostamos, la columna vertebral debe quedar recta, al igual que ocurre cuando estamos parados. Desde el comienzo de las cervicales hasta la cadera ha de quedar bien alineada.

Es necesario siempre dormir usando almohada para que nuestros músculos descansen y se relajen. Por el contrario, acostarse toda la noche sin ella es igual a pasar la jornada completa con el cuello girado hacia un lateral.

En esta zona hay una gran cantidad de ligamentos, articulaciones y músculos que se van tensionando durante el día, por eso es vital que se relajen durante las 8 horas (ideales) que dormimos. Si no es así, al levantarnos nos duelen y no nos permiten realizar nuestras actividades cotidianas.

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